Hay
medicamentos que quizás se consumen demasiado. Hipótesis
científicas que se confirman demasiado deprisa. Terapias
discutibles, que a pesar de todo, se siguen aplicando. Alimentos que
dañan la salud, y que se siguen vendiendo, como si se desconocieran
sus efectos negativos. Y al lado de eso, hay terapias de probada
eficacia que casi no se aplican. Vamos mal!.(...).
Tenemos
mucha información, pero pasamos de ella. Quizás la abundancia, va
en contra de la claridad. Quizás por saber mucho no podemos asimilar
la medida. Es decir, no podemos asimilar en qué medida esto es bueno
y en qué medida aquello es malo. Quizá tanta información nos ahoga
y nos desinforma. (...).
Y
hablando de desinformación. Tenemos que mencionar las personas que
se automedican. Las personas que sin conocer los efectos secundarios,
se pasan tomando pastillas. (...).
Parece
que nos medicamos mucho y últimamente se habla bastante de las
posibles causas de este abuso: 1)La
desinformación, causada por la publicidad y por la abundancia de
mensajes. 2)Las nuevas enfermedades creadas. Por ejemplo, considerar
que la torpeza, el desánimo o el sobrepeso, son trastornos que deben
abordarse con pastillas. 3)La existencia de una tendencia excesiva a
recetar, motivada en algunos casos, por la presión de los
laboratorios, o por las expectativas del paciente!.
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