La ansiedad no es una emoción mala. Al igual que el agua del río,
es buena, hasta que se desborda. Hay que aprender a gestionarla. A
canalizarla. Si el nivel es el correcto, tu rendimiento sube. Y baja,
si supera los límites. Cuando piensas en sus raíces o causas,
piensas en los recuerdos inconscientes. Hay trastornos de ansiedad
que llaman la atención. Ejemplos: La fobia social y las obsesiones.
Ah, y las fobias específicas!. Personas con miedo a relacionarse.
Personas obsesionadas con la limpieza. Personas que le tienen miedo a
la sangre, o al avión, o a los ratones.
Hay otras emociones, mucho más simples, que también nos conviene
considerar. Ahora veremos la razón: 1.La rabia o irritación. Porque
dificulta el aprendizaje. 2.La inseguridad y el miedo. Porque
dificulta la reflexión. 3.La alegría, porque favorece la
creatividad.
He terminado reflexionando sobre los sentimientos, por dos motivos:
1.He conocido personas víctimas de la emoción, que utilizan mal la
razón. 2.He leído un artículo de JJ Millas: «Vivir con Ansiedad».