En los
fundamentos de la dinámica social está el diálogo, el intercambio y la
prevención. Cuando triunfa el diálogo
fracasa la imposición. Cuando el intercambio funciona, hay menos pobres y menos
ladrones. Cuando el mal se ve venir, se pueden combatir sus causas y sus
consecuencias. Todo va bien cuando las personas tienen opiniones
fundamentadas. Toda va bien cuando la
ciencia se impone a la ignorancia.(..).
Los
prejuicios dificultan el diálogo, el intercambio y la prevención. Ejemplos de juicios sin fundamento, que hacen
que la interacción social no sea constructiva no faltan. Nos los tropezamos cada día. En la prensa he encontrado noticias que nos
permiten hablar de estas opiniones erróneas: “Enfrentamientos que se derivan de
las ideas preconcebidas que se tienen sobre el rival. Negociaciones que acaban
mal por el mismo motivo. Y también muertes!.” (…). Sobre esto último he
encontrado una noticia preocupante: “Un niño de seis años de Olot que no
había sido vacunado muere de difteria. Muchos padres en el mundo
desarrollado se niegan a vacunar a sus hijos, porque tienen ideas equivocadas
sobre las vacunas”.
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