miércoles, 8 de junio de 2022

LA TOXICIDAD

 

Una persona se desarrolla bien si puede aprender a decidir, por tanto, las personas que tienden a imponerse, te perjudican. También perjudican, las personas que no te refuerzan, las personas que no tienden a ver lo que haces bien, por envidia. También son tóxicas, aquellas personas que con sus comentarios y acciones te hacen desconfiar de todos. Y las que te inducen a actuar de tal forma, que al final nadie se fía de ti. De las personas podemos decir esto. Ser funcional con estas compañías, cuesta: Ni aprendes a decidir, ni crece tu autoestima, ni generas confianza. De los partidos podemos decir eso también. Y también podemos decir que , «¡En todas partes cuecen habas!.

De acuerdo, sin embargo, ahora hablo del PP. No diré que tiene actitudes dictatoriales, ni que la envidia es uno de sus defectos. Si diré que ocasionalmente ha tenido comportamientos que hacen que confiar en sus líderes, cueste. (…).

Ahora estoy leyendo un artículo de la periodista Emma Riverola: La Toxicidad del PP. Entre otras cosas, dice más o menos lo siguiente: «Ante el desafío secesionista de Artur Mas, el PP de Rajoy eligió desacreditar a los líderes independentistas. ¿Por qué había que molestarse en hacer política y tratar de acercar posturas? ¿Por qué había que seducir si podía destruir?». Hablo de espionaje sin control judicial. Hablo de la desconfianza resultante.

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