El progreso es bueno: No pasamos hambre, pues, los
alimentos abundan. Controlamos las enfermedades, pues, hay medicamentos para
todo. (...).Los alimentos abundan, pero, los anuncios, orientan erróneamente el
consumo. Hay medicamentos para todo, pero, estamos medicalizando excesivamente
nuestra vida. (...). El progreso es bueno. Si!. Sin embargo, la necesidad que
tienen los fabricantes de vender, no favorece un consumo saludable: “Nos alejan
de los alimentos naturales, Y nos empujan hacia los alimentos procesados y hacia las pastillas”.. La gran industria no favorece la vida
sana.(…).
Parece que estas industrias son muy potentes. Hablo
de las alimentarias y las farmacéuticas. Y últimamente he leído dos cosas que
nos deberían hacer pensar en buscar soluciones: 1) Hay muchos anuncios de
alimentos poco saludables. Los padres y la escuela intentan reducir este
consumo y la tele consigue lo contrario. Parece que los especialistas en
publicidad saben incluso a qué parte del cerebro deben dirigirse y cómo
hacerlo. 2) El libro guía de los psiquiatras, el DSM V, está contribuyendo a
medicalizar demasiado nuestra vida. Lo hace, porque la lista de trastornos
mentales es demasiado larga. Hay decenas de elementos de esta lista, que
deberían figurar en otra: "Problemas cotidianos que no se resuelven con
medicamentos". (Esto último lo dice el psiquiatra Allen Frances, Nueva
York, 1942,)
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